“Las enfermedades del alma las paga el cuerpo”
-Platón.
La medicina reconoce que las enfermedades psicosomáticas involucran una interacción compleja entre factores psicológicos y fisiológicos. Estas enfermedades pueden manifestarse de diversas maneras y afectar diferentes sistemas del cuerpo.
Según el psicoanálisis, estas enfermedades son el resultado de conflictos psicológicos no resueltos que se expresan a través de síntomas físicos. En otras palabras, el malestar emocional o los conflictos internos pueden manifestarse en el cuerpo como enfermedades físicas.
El tratamiento psicoanalítico para las enfermedades psicosomáticas a menudo implica explorar y resolver los conflictos subyacentes a través del análisis profundo de los pensamientos, emociones y experiencias del individuo.
Cabe mencionar que, para el psicoanálisis, la misma enfermedad tiene una ganancia secundaria, esta es la de ser “atendido”, “asistido”, esto quiere decir ser apapachado, esta ganancia secundaria provee al enfermo de las atenciones especiales que estando con una salud sana no se le proporcionan.
Algunas de las enfermedades que en mi experiencia he trabajado en la consulta clínica son:
Síndrome del intestino irritable (SII): Este trastorno gastrointestinal se caracteriza por dolor abdominal, distensión y cambios en los hábitos intestinales, se sabe que está influenciado por el estrés y la ansiedad, así como puede ser causado por conflictos psicológicos no resueltos, emociones reprimidas o tensiones internas que se manifiestan a través de síntomas físicos en el tracto gastrointestinal.
Migraña y otros tipos de dolores de cabeza tensionales: Las migrañas y los dolores de cabeza tensionales pueden ser desencadenados o exacerbados por el estrés emocional y otros factores psicológicos que podrían estar relacionados con conflictos inconscientes como la ira, la culpa, la ansiedad o el estrés.
Úlcera péptica: Aunque anteriormente se pensaba que las úlceras eran causadas principalmente por el estrés y la ansiedad, ahora se entiende que la bacteria Helicobacter pylori y los factores ambientales también desempeñan un papel importante.
Psoriasis: Esta enfermedad de la piel puede empeorar con el estrés emocional y los trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad. Además, se dice que la causa principal está en sentimientos de indefensión, abandono y conflictos infantiles no resueltos, tales como el deseo de un abrazo o necesidad de demostraciones de afecto.
Asma: Si bien, el asma es una enfermedad respiratoria con una base fisiológica clara, los factores emocionales y el estrés pueden desencadenar o exacerbar los síntomas en algunas personas, se dice que es frialdad emocional en la persona que lo padece, esto es que el niño recién nacido puede ser propenso a padecer Asma si no se adapta al medio ambiente, esto puede ser por falta de afecto “calor” materno.
Hipertensión arterial: El estrés crónico y otros factores psicológicos pueden contribuir al desarrollo y la progresión de la hipertensión arterial en algunas personas. El psicoanálisis considera que los eventos traumáticos pasados, las relaciones interpersonales conflictivas o las experiencias de pérdida pueden influir en el desarrollo de la hipertensión. Estos eventos pueden generar emociones intensas que, si no se abordan adecuadamente, pueden contribuir al aumento de la presión arterial.
Fibromialgia: Esta afección se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensibilidad, y se cree que está influenciada por factores psicológicos como el estrés y la depresión, alguien que ha experimentado traumas emocionales o abuso en el pasado puede manifestar síntomas de fibromialgia como una forma de expresar el dolor emocional no resuelto. Los conflictos interpersonales, el estrés laboral o las dificultades en las relaciones pueden también desempeñar un papel en el desarrollo de la fibromialgia.
“El cuerpo está dotado de sensores que detectan donde se incrusta el síntoma emocional, entonces se convierte en enfermedad”.
-Barrón.
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