Ser padre es una bendición en la vida. Sin embargo, ser padre de un niño/a con discapacidad es una bendición también. A veces, los padres de niños tienen que luchar más por sus niños con discapacidades para garantizar que sus hijos reciban terapias, servicios en la escuela y apoyos necesarios para su desarrollo.
La defensa de los padres es muy importante, ya que somos quienes conocemos a nuestros niños mejor que otra persona. Somos los primeros maestros de los niños y tenemos una perspectiva única y profunda de sus necesidades y potencialidades. Esta lucha constante es una forma de amor y dedicación que refleja la profundidad de su compromiso con el bienestar de sus hijos.
La defensa de los padres en estos casos no solo es esencial para el acceso a recursos adecuados, sino también, para la creación de un entorno inclusivo y comprensivo que valore la diversidad y las capacidades individuales de cada niño. Nunca creas que tu niño no puede lograr algo porque tiene una discapacidad, siempre sigue luchando por los intereses de tus hijos.
Mis recomendaciones son que siempre deberás comunicar tus preocupaciones a los maestros, terapistas y doctores. Hay que seguir adelante y nunca rendirse, a veces es difícil, pero hay que seguir luchando para cubrir las necesidades de tu hijo.
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